jueves, 13 de marzo de 2014

Hacienda empieza a cerrar el grifo de los aplazamientos en el pago de impuestos


 Las empresas no podrán aplazar las retenciones del IRPF a partir de enero

  • La Agencia Tributaria no admitirá retrasar el ingreso de las retenciones practicadas sobre las nóminas salvo en casos muy excepcionales.
  • Esta práctica se había convertido en un foco de abusos que restaba recaudación a las arcas públicas.
El año pasado la Agencia Tributaria registró 874.602 solicitudes de empresas para aplazar el ingreso de las retenciones practicadas sobre las nóminas de los trabajadores por un importe global agregado de 5.604 millones de euros.
El asunto no pasaría de ser más que dos datos de gestión tributaria si no fuera porque la Ley General Tributaria, es decir, la norma básica que de algún modo regula la forma en que se pagan los impuestos, señala taxativamente que los pagos por retenciones sobre el trabajo personal no se pueden aplazar. Aunque para no poder aplazarse muchas empresas lo solicitan.
Si se ha llegado a estas cifras es porque en el año 2009, cuando los autoridades de entonces ya empezaron a intuir que la crisis iba a ser algo más que una desaceleración pasajera, el Ministerio de Economía y Hacienda reaccionó suavizando los requisitos para conceder aplazamientos en el pago de impuestos en la esperanza de que ello ayudaría a las empresas a pasar el mal trago.
Lo hizo incluso a riesgo de contravenir lo que establecía la Ley General Tributaria en materia de retenciones sobre el trabajo y convirtiendo lo que estaba pensado como una excepción, en casi la norma.

Coto al fraude

Las empresas comenzaron a hacer un uso intensivo del margen de maniobra que les ofrecía la Agencia hasta llegar a solicitar más de 5.600 millones de euros en aplazamientos en 2012 y 2013. Pero el pasado mes de enero la Agencia empezó a deshacer el camino andado hasta ahora.
En virtud de una instrucción circulada por el Departamento de Recaudación de la Agencia Tributaria, desde el inicio de 2014 la Agencia Tributaria impide por sistema aplazar el ingreso en las arcas públicas de las retenciones practicadas sobre las nóminas de los trabajadores.
Sólo se podrán aplazar o fraccionar en el caso de que "pueda afectar sustancialmente al mantenimiento de la capacidad productiva o al nivel de empleo del solicitante, o bien producir un grave quebranto para los intereses de la Hacienda Pública".
La decisión está lejos de ser intrascendente. El año pasado la laxitud en la concesión de aplazamientos en el pago de retenciones retrasó el ingreso en las arcas públicas de 2.869 millones de euros, algunos de los cuales habrán servido para aliviar la situación delicada de alguna empresa, pero otros muchos simplemente habrán servido para optimizar la gestión de tesorería de empresas que han utilizado sistemáticamente este método de forma abusiva, según señalan desde la Agencia Tributaria y como se admite desde algunos importantes despachos de abogados.
De momento, las nuevas restricciones impuestas por la Agencia Tributaria han conseguido que en enero las solicitudes de aplazamientos se hayan reducido en un 58%. Aún así, más de 100.000 empresas han seguido solcitándolos.
Fuente: La información

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